jueves, 7 de mayo de 2009

EL MUNICIPIO DE MAICAO ENTRE LA CALIDAD Y EL RECONOCIMIENTO CULTURAL

Maicao es un municipio de Colombia, en el departamento de La Guajira. Su cabecera municipal se encuentra en las coordenadas: 11°20′N 72°20′O, a 76 km al oriente de la capital departamental Riohacha, en la península de la Guajira en lo que se conoce como la zona de transición entre la Alta y la Baja Guajira y en límites con Venezuela. Fue declarado puerto libre en 1936. El nombre de Maicao en lengua wayúu (maiko-u) significa ojo de maíz,
Cabe destacar que municipio de Maicao fue declarado puerto libre en 1936 pero del centro comercial que era hace casi una década hoy queda poco. Hacer un viaje a Maicao solo para comprar puede resultar ridículo, pues la mayoría de alimentos, por ejemplo, ya se consiguen en los supermercados de las grandes ciudades. Si quiere comprar electrodomésticos o licores notará que la diferencia en los precios realmente no vale la pena.

Sin embargo, algunos almacenes de ropa, lociones, zapatos y productos para el hogar aún sobreviven, a pesar de que en las calles la mayoría de locales están cerrados, pero Maicao tiene otro atractivo poco conocido, incluso por los mismos guajiros(Wayuu) esta ciudad es el principal centro árabe en Colombia. Llamados 'turcos' por los locales, pero originarios de Siria, Líbano, Palestina y Jordania, manejan la mayor parte del comercio de la ciudad. Además, han influido tanto en la arquitectura y la religión como en la gastronomía.

En Maicao está ubicada la mezquita más grande de Suramérica y, aunque parezca insólito, las mujeres pueden entrar. Cada hora un local da una pequeña charla acerca de la cultura musulmana y la entrada es gratuita. Los hombres deben entrar con un pantalón y las mujeres deberán usar un traje que cubre desde la cabeza hasta los pies, proporcionado por el personal del lugar. Las fotos y las grabaciones están permitidas.

Motivo por el cual si se desea degustar de la gastronomía, hay varios restaurantes reconocidos en los que venden todo tipo de productos como quibbe, falafel, tahine, taboule, baklava y pan árabe, entre otros. Aunque no son los restaurantes más económicos, bien vale la pena probar algunas de estas delicias, multicultural.

Los indígenas Wayuu posee en el en esta ciudad su propio mercado donde consigues comida típica Wayuu, como es el frichi, chivo asado a acompañado con arepas de queso y la famosa chicha guajira, también puedes observar algunos nativos dedicado a la venta de pieles de ovejo y chivos, animales silvestres como el conejo, chivo, ovejo, armadillo entre otros, cebo de chivo, para el consumo del que requiera estos productos y a un precio módico.

Por tal motivo puedo afirmar, que la recuperación y fortalecimiento de los valores culturales de una comunidad Wayuu , debe ser el motor para la cohesión social, hoy, factor piloto en el empoderamiento de la población como responsables de su propio destino.

Esta población indígenas fue amenazadas por el desplazamiento territorial producto de la expansión del modelo de desarrollo extractivo, comercial y depredador del ecosistema, se han visto en la necesidad de emigrar de sus espacios naturales para ubicarse en los núcleos urbanos; y, extrañados de su praxis cultural pasan a conformar los grandes círculos de miseria en las principales ciudades del departamento.

Se Puedo observar que el estado, en gran parte responsable de esta realidad, se ha propuesto reivindicar esta situación de deuda social acumulada, a través de las reformas constitucionales y algunos programas que buscan revertir este escenario. Sin embargo, consideramos que aún no se han atacado las causas neurálgicas que agudizan la problemática como el componente identitario de la etnia wayuu que ha sido afectada, influenciada de manera negativa en su propio imaginario, produciendo una suerte de enajenamiento y alienación que favorece el impacto negativo de la cultura occidental sobre ellos.

En este sentido, es necesario un cambio en la conformación y transmisión de la identidad, fundada en una clara visión sobre los valores éticos y morales que se requieren para una sociedad en constante transformación, donde el sujeto colectivo, en este caso los indígenas Wayúu, asuman su rol protagónico en la toma de decisiones sobre su destino histórico, económico y social.

Cabe anotar, que los indígenas Wayuu conforman un pueblo que por su condición o situación de minoría étnica económicamente en desventaja, afronta o confronta todas las formas de ataque de la cultura occidental, blanca o alijuna, caso palpable el del municipio de Maicao donde es el paso diario de los diferentes representantes de las diversas culturas dadas en Colombia y en el extranjero. De allí que en todos los campos, los wayuu pugnen por conservar su unidad e identidad. En su carácter de dominante, la cultura occidental, aún en sus formas más humanitarias de tratamiento, tiende a enajenar a los wayuu en la medida en que los aparta de su lengua, religiones, mitologías, leyendas, costumbres, hábitos. Y ciertamente entendemos que no se trata de que se aíslen en sus propias formas de cultura sino de que la cultura occidental les brinde la participación del desarrollo, respetando sus modos de ser, su manera particular de ver el mundo. Es decir que en La Guajira dejemos de lado los estereotipos y discriminación que han ido degradando la sociedad actual.


Con relación a la entrevista realizada algunos miembro de la etnia Wayuu, conocí como a implementado estrategias de supervivencias como son la comercialización de productos artesanales que deja notar toda una historia ancestral, el cual desconocía, durante la entrevista me fui enriqueciendo de toda unas vivencias y costumbres típicas de esta etnia, quise profundizar mas sobre el tema y visite dos o tres almacenes que han entrado a la era de la industrialización donde se dedican a compra al por mayor chinchorros, manillas, múcuras de barros, mochilas, mochilones, tiara, taparrabos, cuadros, cerámicas de la mitología wayuu, guaireñas, chozas en miniatura realizadas con la madera del cactus, pequeños rincones guajiros, entre otros, en la artesanía de los indígenas Wayuu se destacan los bellos e inconfundibles tapices Guajiros tejidos en variadas formas con un colorido muy llamativo y particular, los cuales forman parte principal de su actividad comercial y a su vez deja notar que la industrialización acompañada de diversidad cultura existente en el municipio de Maicao ha ido culturizando a los indígenas que participan del comercio en el sector cuando veo marcas occidentales bordadas o tejidas en nuestra artesanías cultural con el fin que se consuman mas rápidos y sean mas productivo para el empresario, ya que este negocio consiste en que la mano de obra es pagada barata o en ocasiones le regalan la materia prima para su elaboración y ellos los vende por precios exuberantes, pero es mucho mas impresionante que es el mismo Guajiro o Wayuu civilizad como dicen ellos los que se aprovecha de la necesidad de subsistir de sus hermanos wayuu.

El entrevistado comenta que el producto artesanal de los indígenas Wayuu se han recorrido todas las principales ciudades de Colombia y el mundo entero, mi interrogante surgió en el caso de Venezuela ya que este país también cuenta con la misma cultura, y el comento que con Venezuela es un caso particular dodo a que los Wayuu Habitan en el estado Zulia, Mérida y Trujillo y su territorio originario es denominado la Guajira, en el Municipio Páez, habitan entre Colombia y Venezuela, porque son anteriores a la creación de los estados nacionales, que no tomaron en cuenta su historia y sus costumbres al momento de establecer los limites geográficos. Es una zona casi desértica y consecuentemente muy seca y árida, por ello una de sus necesidades y solicitudes más frecuentes en las Artesanías de Colombia es una empresa de economía mixta, adscrita al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Define a la artesanía desde una perspectiva de oficio asociado a un contexto cultural y social, Señalando como el sector artesanal está poco desarrollado y la mayoría de los artesanos presentan alguna condición de marginalidad o de vulnerabilidad. De ahí, su objetivo institucional: mejorar, de manera integral, el sector artesanal. Para ello emprende proyectos de corte tecnológico, investigativos, de desarrollo de productos y capacitación del recurso humano, orientados a impulsar la comercialización de las artesanías colombiana en el mercado nacional e internacional. Su meta es fortalecer la organización de la producción del sector y, por ende, su capacidad de respuesta ante las demandas del mercado.

De hecho, en la actualidad adelanta una campaña en medios de comunicación entorno al tema, en asocio con Banco de Colombia. Sin embargo, su énfasis no está en la exaltación del valor en sí de la artesanía sino en generar condiciones (articulando procesos de diverso orden) para que el artesano pueda vivir de su trabajo. En este orden de ideas, la comercialización del producto y, por ende, las exigencias o tendencias del mercado toman relevancia.
Por ende el potencial económico de la artesanía se dinamiza cuando se acompaña de dinámicas y procesos de diseño. Para ello, se presta asesorías en diseño, convoca el concurso de diseñadores y configura centros de diseños.

Las asesorías se prestan en diverso orden, respetando la técnica. Los centros de diseño articulan el sector productivo artesanal y la pequeña empresa a los procesos de desarrollo socio-económico, mediante la introducción del componente de diseño; a la vez que adelantan programas de organización comunitaria, de organización para la producción y comercialización, formación y capacitación para manejo y sostenibilidad de los recursos naturales.

Otro factor que ha sido de gran relevancia en la Guajira en especial en Maicao, el progresivo aumento del turismo en esta zona debieron haber cambiado aspectos de sus vidas. Existen elementos que por el contacto permanente con los occidentales hacen que ocurra una aculturación. El turismo efectivamente contribuye con ello, sin embargo no es gracias a él directamente. Tal vez los anfitriones wayuu han hallado en estas prácticas, nuevas formas de sustento al poseer las materias primas en si mismos, lo cual no necesariamente los hace olvidar de su identidad y la pertenecía a su cultura. Los cambios culturales que han sucedido y que continuarán sucediendo en esta comunidad, serán producto de la suma de diversos factores que progresivamente y de manera continua irán lacerando ciertos procesos tradicionales así como creando otros nuevos.


Otro factor del cual el indígena Wayuu comercializa es con el turismo sostenible, con una apropiada participación de la comunidad, dentro de los planes y gestiones, para que éste continúe y prospere en pro de sus habitantes y no de otros intermediarios, es una forma de mantener un equilibrio entre las nuevas industrias y los territorios y comunidades que entran a negociar con ellas. Ahora, si las prácticas de turismo, llegaran a tomar otro rumbo, en el sentido de una introducción de mayores.


Para finalizar este trabajo e querido en marca la importancia del rol de la mujer Wayuu en los cuales se demuestran los importantes responsabilidades que están ocupando las mujeres indígenas en el desarrollo de actividades para combatir la pobreza, al asumir liderazgos en cooperativas (principalmente de combustible), en consejos comunales, asamblea nacional, al crear una red de mujeres indígenas.


Es de afirmar que la mujer wayuu comparte actividades con los hombres, en la búsqueda de aumentar los ingresos para el hogar y empoderarse en el cumplimiento de las actividades comunitarias. Ellas cumplen un triple rol, el reproductivo, productivo y comunitario, siendo la transmisora principal de los valores y la lengua, por lo que ella es vital como potenciadora de las actividades que contribuyan a superar la pobreza.


De acuerdo a lo anteriormente plasmado he querido hacer un aporte personal mediante una visión reflexiva y critica con respecto al desarrollo que se concibe como un proceso homogéneo y uniforme que sigue patrones predeterminados y cuya finalidad es lograr estructuras económicas, pautas de consumo y niveles de ingreso.

El subdesarrollo se presenta como una condición resultante de la carencia de capital y de tecnología y sólo puede ser superado mediante la transferencia de éstos desde el centro a la periferia. Es una concepción lineal, mecánica y cuantitativa que deja ver que las sociedades y las culturas como escenarios económicos tengan que ser uniformes; no da oportunidad a que aparezca la diversidad.

Esto hace referencia a un ‘progreso’ social y económico; pero realmente no puede hablar de éstos porque no presta atención a la calidad que es la que produce el cambio social. La calidad ha de ser la vecina más cercana de la transformación social. No se plantea el asunto central de sociedades que tienen grupos diferentes en su seno. Esto implica que hay que salir de la inercia mental de la cantidad y de la etnocrisis porque no es sólo capital y tecnología lo que se requiere; es necesario comenzar a tomar decisiones de calidad y de desarrollo alternativo sobre el Departamento y, específicamente, sobre una sociedad como la del municipio de Maicao, integrada por grupos sociales y culturales tan distintos, como puede inferirse de lo anteriormente dicho.

El desarrollo sostenible satisface las necesidades del presente sin comprometer a las generaciones futuras. Sin embargo, este paradigma ha encontrado sus únicos ejemplos hasta ahora en los sistemas indígenas de producción a pequeña escala con uso múltiple de recursos, subexplotación del medio y manejo adecuado de dinámicas comunitarias con saberes especializados del contexto biosocial. En este proceso, se han enfocado metodologías hacia el estudio de los conocimientos locales, etnociencias y estrategias indígenas de manejo ambiental.
El horizonte es de cambio de orientación: podría pensarse el paso de un desarrollo educativo caotizado con la inercia mental de la cantidad a otro quizás menos rígido en estrategias discursivas, en valores y en contenidos, por ejemplo; quizá se cambiaría la perspectiva, se enriquecerían los contenidos porque se extraerían no de una sino de varias cosmovisiones o varias ‘lecturas’ del mundo.

La naturaleza no es una simple materia prima y los hombres tampoco lo son. Las personas no son cosas ni objetos de uso.

Los modelos educativos o cambian radicalmente y buscan ese horizonte en el cual lo ambiental y lo étnico aparecen como elementos estratégicos redefinidores de la economía o las sociedades, los pueblos, las comunidades, estarán de espaldas a la escuela por su obsolescencia o por su impertinencia.

El carácter holístico de la naturaleza propone una reflexión y una actuación combinadas entre lo local y lo global. Hay que valorar las pequeñas experiencias y soluciones y, al mismo tiempo, contrastarlas con el nivel regional y nacional, por lo menos. Hay que decir ya que lo pequeño y lo local, lo tradicional cultural, asumen un papel muy importante en los cambios de la sociedad. Ello será cada vez mas positivo a condición de entender que gran parte de la técnica, las ciencias y los saberes de las civilizaciones deben ser utilizados y apropiados crítica y creativamente en relaciones sociales y culturales cualitativamente distintas.

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